- Me gustaría tener tu orgullo, ser así de fuerte, no dejarme llevar por cada tontería que me diga.
- Y a mi, me gustaría tener menos.
- ¿Por qué?
- Porque el orgullo me ha hecho hacerme daño a mi misma, me ha hecho hablar con la cabeza y no con el corazón. Ha hecho que me pase las noches en vela con el remordimiento de no haber sido capaz de hablarle completa y sinceramente. Se ha reído de mí al verme llorando por haber fingido estar bien, por haber buscado cualquier otro recurso al echarle en falta, por no haberle dicho cuanto le necesitaba al estar presente. Y sobre todo se ha burlado de mí al mostrarse reflejado en él.
T_T Me lo he pensado mejor. Quiero copyright XD
ResponderEliminarMe encanta *-* >-<
Porque si bien es necesario pensar con la cabeza y levantar el ánimo con el orgullo, me atrevería a decir que no hay nada parecido al latigazo de adrenalina que procura el corazón al albergar un sentimiento intenso.
ResponderEliminarSupongo que, mientras eso se tenga presente, se puede vivir tranquilo.
Cuánta razón tienes y qué pocas veces se pone en práctica, porque como bien dijo un sabio alguna vez, El orgullo ha perdido más batallas de las que jamás podrá vencer.
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