¿Qué quieres que te diga? Si me acerco me empujas y si me voy me retienes. Que ya ni me acuerdo del sonido de tus buenos días ni del sabor del café de tus ojos. Que ya no sé como podría hacerte reír como antes, cuando me cogías como una princesa para llevarme a cualquier sitio contigo, porque era la mejor forma de evadirse de la realidad. Cuando tenía todo el tiempo del mundo para enterrarme en tu piel y tenía toda la suavidad de la seda en tus manos. Que ya no te encuentro si te miro, que tus ojos se han apagado, y que los míos ya no saben hacia donde mirar.
No desesperes mi vida ):
ResponderEliminarTiempo al tiempo. Y si el roce hace daño quizás no sea porque algo no funcione, sino simplemente porque se necesita tiempo y que el río vuelva a su cauce. Deja que fluya.
Te quiero.
El roce puede llegar a matar. O te encariñas o te mueres.
ResponderEliminarSin palabras me has dejado.
ResponderEliminarCuando no se sabe dónde mirar yo tiendo a observarme las manos, no sé por qué.
Un beso, preciosa.
Una de las mejores cosas de la vida es que tiene altibajos, lo importante es que seamos capaces de aguantar los momentos de decaimiento para volver a vivir los puntos álgidos.
ResponderEliminarCada vez que te leo me pregunto cuanto es verdad y cuánto es ficción, pues toda historia escrita lleva consigo parte de tu alma.
Como siempre, me ha encantado ^__^ Sigue así, pequeña.
"que tus ojos se han apagado, y que los míos ya no saben hacia donde mirar"
ResponderEliminar¡Qué hermoso texto! Amo a Sia