16.6.11





Buenos días. Sé que eres incapaz de oírme pero aún le susurro a las sábanas. 
El aire se transforma en un barco que navega hasta tu oído. Allí desembarcan los pequeños piratas que bajan por tus hombros y se acomodan en tu cuello. Me he encargado de que algunos se cuelen por los pliegues de tu falda, y no me ha sorprendido comprobar que tus rodillas siguen tan suaves como siempre. Otros ascienden hasta tus parpados, tratan de abrirlos con cuidado, y al conseguirlo torpemente descienden por tus lágrimas, pero se columpian en tu sonrisa, sé que lloras de felicidad. Lo sé porque me responsabilizo de eso. Aunque no lo creas, todos ellos se hacen cargo de iluminar tus mañanas. Y espero que no te enfade que les haya ordenado a más de uno que te despierten con cosquillas en los costados de tu espalda.
Ojala mis manos fueran corpóreas para abrigarte en las corrientes de agua marina que inunda la nostalgia. Quizás sea culpa mía y esta idea de entrometerme sutilmente en tu cama. De todas formas, tu siempre tuviste la voluntad de la que yo carecía, te levantas, abres las cortinas e inevitablemente te giras para (no) verme. Pero no te preocupes vida, yo estoy en los rincones de la casa, en los agujeros de la ropa, ¡Incluso en los huecos del queso! Soy el espacio que separa tus palabras.


Siempre estoy aquí, contigo.  

5 comentarios:

  1. Me encanta, en serio. ;____;
    Es precioso.

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  2. Acabo de leer todas tus entradas para, por fin, ponerme al día. Sigues igual de buena que siempre :D Incluso mejor cada día. Y esta entrada en especial me ha gustado mucho.
    Besos. <3

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  3. sencillamente: maravilloso, me ha encantado, es un gusto leerte

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  4. Increible. Como todo lo que escribes.

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