26.6.11

Warwick Avenue






Comienza el viaje, los pasajeros se sitúan y ya se oía la señal de salida. Juega con el asa del bolso para desahogar su nerviosismo, se muerde el labio inferior  y agacha la cabeza. Tranquila pequeña- susurraba. Se giró por última vez para comprobar si se encontraba tu rostro entre las personas. Se le encogió el corazón y apretó con más fuerza su bolso. El tren empieza a moverse. ¿Y dónde quedarán los minutos prolongados? ¿Y los silencios compartidos? Es tan triste, era la no-despedida.
Frunció el ceño, creyó verte a lo lejos, en el andén más próximo, a través de las cabezas desconocidas. Es tan absurdo…
Repentinamente los recuerdos vinieron a ella como una bofetada.

Sus piernas flaqueaban y él la miraba penetrante e indiferente. Creyó que sus órganos terminarían congelándose en cincuenta segundos y que sus ojos se vaciarían y no le quedarían lágrimas que derramar. Creyó que no volvería a poder sentir otro aliento que la reconfortara. Pensó en morir en ese instante, que si él no la revivía no lo podría hacer nadie más. Luchó con sus palabras, con sus fuerzas, trató de buscar un mísero consuelo en su boca, en vano. En ese momento se dio cuenta de lo desconocido que era él para ella.
Se equivocó al pensar que sería la última vez que sus labios sonrieran, al pensar que no podría compartir su mano, el no poder adentrarse en otros ojos y sumergirse en las calles desiertas y en el agua de la playa. Se equivocó al pensar que podrías recuperar todo el tiempo que le habías quitado, todas las noches sin descanso, y que podrías coser todas las heridas sin cicatrizar.
Se equivocó al pensar que serías capaz de mirarla como ella te miraba.

Abrió la ventana, respiró todo el aire de una bocanada, notó el frío en sus mejillas húmedas y con el viento se escapaban sus latidos. Observa como los árboles disminuyen, el atardecer baja para sentarse a su lado. La acompañaría las primeras horas, hasta llegar el anochecer que la arroparía con dulzura. Sí, esto merece la pena, esta vez no saldrá mal, es la mejor decisión.-Se repetía.
-Perdona ¿Este asiento está libre?
Parece ser que no sólo el sol la va ha acompañar en este viaje. 

4 comentarios:

  1. Me-encanta.
    Sobretodo la última frase.
    Besitos :D

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  2. Los viajes así siempre pintan genial.

    P.D: Me he enamorado de tu banner.

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  3. Tristemente bonito :)
    Escribes muy bien, te sigo.
    Pásate: http://krisweys.blogspot.com/

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  4. Seguro que sería un viaje entretenido.
    Me encanta tu blog :)
    Un beso.

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