28.5.11

Hoy




Olvidé de cómo era caminar y levantarse después de haber dormido, me desvanecí. Me olvidé de desayunar, el cuerpo no me lo pedía y mi mente lo ignoró. Cogí la maleta con los ojos entre abiertos, al menos ya estaba hecha. Le dirigí la última mirada a mi casa y a la estación, y se me pasó marcar el número de teléfono para avisar mi marcha. Me olvidé de pintarme las uñas y los labios de rojo, no me puse mi pulsera favorita ni el reloj, me olvidé del tiempo. Tan sólo escuchaba el sonido de los pasajeros al susurrar sus palabras agrietadas por las despedidas y las ilusiones de los que emprendían un viaje esperado. En mi caso, no recuerdo a dónde me dirigía, observaba el sol del atardecer mientras su luz me iluminaba las pestañas. Cerré los ojos. No me gustan las lágrimas ni las sonrisas torcidas ni el humor estúpido. Por eso, siempre evitaba el acordarme de las personas. Me olvidé del por qué me iba.
Me olvidé que estaba esperándote a ti, a ver si aparecías… 

4 comentarios:

  1. Precioso, como todo lo que escribes.
    Hace mucho que no te veía actualizar, tienes que hacerlo más. Tsé-
    (L

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  2. la última frase es fantástica, lo cierra todo<3 :)

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  3. (has descrito mi día a la perfección)

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